"Sin embargo, ¿qué es el genio?
Su lengua es la de los dioses
y viven aquí en el paraiso.
Todo es canto
y semejante a los dioses.
Cualquier trabajo es fácil para Ellos
Las artes son las flores
de los jardines que rompen,
es en los aires donde viven,
en el destino melodioso, sin embargo,
están intimamente unidos
al mundo.
Jamás nada les parece insoportable.
Todo lo que dicen,
no necesitan crearlo,
Lo dicen,
tiene que ser así, - porque son superdotados.
Son los reveladores.
Seres vivos divinos, dotados de altas cualidades
omnipresentes, omniscientes -
modestos.
Su contrario es el prosaico,
el hombre del común.
Ya niño, no se inquieta
por el porvenir.
Comen y beben
y duermen, la misma cosa,
idéntica día tras día.
Aprenden
y estudian
trabajan fisicamente
e intelectualmente
hasta la repugnancia.
No conocen
los días de la primavera
gozan de lo humanamente supremo, del
amor.
De memoria, lo
machacan
ya, los escolares balbucientes
del amor.
Están lejos del
mundo y de los
seres más aparentes.
Ira, codicia y
ambición, ser rico
en dinero se expresan
de preferencia
con gestos medidos.
Engordan su
vida toda
en el interior del Estado y
no buscan jamás
sondear la naturaleza,
silban operetas
fácilmente comprensibles y leen
novelas,
por placer.
El campesino desliza
sin descanso su arado
a lo largo de los surcos,
desde la mañana hasta casi la noche.
Bebe y come y descansa
a medidodía _ durante una hora.
Después el trabajo continúa
y por la noche, está sentado
en la taberna para embrutecerse.
Así día tras día
y el sol siempre declina sus rayos
y mucha agua corre."
Egon Schiele en Die Aktion, 1914