28.10.08

27.10.08

LA GALERIA DE MERUELO AFRONTA SU TERCERA CITA INTERNACIONAL

Espiral acude a la nueva Feria de Valencia con obras de seis artistas
La Galería cántabra Espiral de Meruelo viaja a Valencia para acudir a la nueva feria de Arte, Fiart 08, con un stand representativo de sus últimas exposiciones. Seis artistas con proyectos y obras diversas, más creaciones de otros nombres ligados a la galería, integran la comparecencia del espacio cántabro que dirige Manuel Messía.Vídeo, pintura e instalaciones conforman algunas de las propuestas de Espiral en su tercera presencia en una feria internacional, tras participar la pasada primavera en Europ'Art, en Ginebra, y este pasado verano en Artesantander. En Valencia, Espiral presenta un recorrido significativo por las creaciones de artistas vinculados a la sala. En pantalla de plasma, por ejemplo, los visitantes podrán contemplar el vídeo 'Donde nace la vida', de ocho minutos, creado por Bruna Calderón y Domingo Sarrey, así como el trabajo pictórico de Gloria Pereda, que ya exhibió su obra con esta galería durante su participación en Cota Uno de Artesantander, con 'Siting room', un conjunto de 25 cuadros, 25 sillas, en el que representa un poema visual. A la cita acude también el veterano pintor de Noja, Joaquín Martínez Cano con sus pinturas de vaciados de kapaline de reciente creación, en los que va desapareciendo la imagen original para desembocar en un diálogo entre un grafismo recortado y la geometría pintada. Martínez Cano ya estuvo presente con Espiral en su anterior cita internacional. Además, Espiral viaja a Valencia con algunas de las pinturas taurinas de Manuel Oyonarte, entre otras del mismo artista, que este verano protagonizó una gran exposición en la Sala 'José Hierro' de Noja. Y para completar el grupo, el stand incluirá obras del pintor Eduardo Alvarado, de Miranda de Ebro, artista al que el director de Espiral defiende como uno de los «más interesantes creadores entre los jóvenes españoles». Y, finalmente, obras, fuera de catálogo, de algunos de los artistas de la galería como Roberto Orallo y Manolo Belzunce, el mexicano Carlos Vidal o el esloveno Ludvic Pandur. Fiart Valencia será inaugurada el próximo martes, día 23, y se clausura el domingo 28.
Guillermo Balbona el 21 de septiembre de 2008 en el Diario Montañes

24.10.08

21.10.08

AUTORRETRATO COMO UNA MASCARA

2002 cera/papel 29,9 x 21,1 cm

EL SUICIDADO DE LA SOCIEDAD

Se puede proclamar la buena salud mental de Van Gogh que durante toda su vida sólo se hizo a-sar una de las manos y, fuera de esto, no pasó de cortarse la oreja izquierda, en un mundo en que todos los días la gente come vagina cocinada con salsa verde, o sexo de recién nacido flagelado y enfurecido tomado tal como sale del sexo materno.
Y no se trata de una imagen, sino de un hecho muy frecuente, repetido a diario, y cultivado en toda la extensión de la tierra.
Es así como se mantiene -por delirante que pueda parecer tal afirmación -la vida presente en su vieja atmósfera de estupro, de anarquía, de desorden, de desvarío, de descalabro, de locura crónica, de inercia burguesa, de anomalía psíquica (pues no es el hombre sino el mundo el que se ha vuelto anormal), de deshonestidad deliberada e insigne hipocresía, de sucio desprecio por todo lo que presunta nobleza, de reivindicación de un orden enteramente basado en el cumplimiento de una primitiva injusticia, en resumen, de crimen organizado.Las cosas van mal porque le conciencia enferma tiene el máximo interés, en este momento, en no salir de su enfermedad.
Así es como una sociedad deteriorada inventó la psiquiatría para defenderse de las investigaciones de algunos iluminados superiores cuyas facultades de adivinación le molestaban.
Gerard de Nerval no era loco, pero lo acusaron de serlo con la intención de arrojar descrédito sobre determinadas revelaciones fundamentales que se aprestaba a hacer, y además de acusarlo, una noche lo golpearon en la cabeza -materialmente golpeado en la cabeza- para que perdiera el recuerdo de los hechos monstruosos que iba a revelar y que, por efecto del golpe, pasaron, dentro de él, al plano supranatural; porque toda la sociedad, secretamente confabulada contra su conciencia, era bastante fuerte en ese momento como para hacerle olvidar su realidad.
No, Van Gogh no era loco, pero sus cuadros constituían mezclas incendiarias, bombas atómicas, cuyo ángulo de visión, comparado con el de todas las pinturas que hacían furor en la época, hubiera sido capaz de trastornar gravemente el conformismo larval de la burguesía del Segundo Imperio, y de los esbirros de Thiers, de Gambetta, de Félix Faure tanto como los de Napoleón III.
Porque la pintura de Van Gogh no ataca a cierto conformismo de las costumbres, sino al de las instituciones mismas. Y hasta la naturaleza exterior, con sus climas, sus mareas y sus tormentas equinocciales, ya no puede, después del paso de Van Gogh por la tierra, conservar la misma gravitación.
Con mayor motivo en el plano de lo social, las instituciones se disgregan, y la medicina semeja un cadáver inutilizable y descompuesto que declara loco a Van Gogh.
Frente a la lucidez de Van Gogh en acción, la psiquiatría queda reducida a un reducto de gorilas, realmente obsesionados y perseguidos, que sólo disponen, para mitigar los más espantosos estados de angustia y opresión humana, de una ridícula terminología, digno producto de sus cerebros viciados.
En efecto, no hay psiquiatra que no sea un notorio erotómano. Y no creo que la regla de la erotomanía inveterada de los psiquiatras sea pasible de ninguna excepción.
Conozco uno que se rebeló, hace algunos años, ante la idea de verme acusar en bloque al conjunto de insignes crápulas y embaucadores patentados al que pertenecía.
En lo que me a mí respecta, señor Artaud -me decía- no soy erotómano, y lo desafío a que presente una sola prueba para fundamentar su acusación.No tengo más que presentarlo a usted mismo, Dr. L…, como prueba; lleva el estigma en la jeta, pedazo de cochino inmundo.
[...]”
Fragmento de “Van Gogh: el suicidado de la sociedad” de Antonin Artaud

PUPPET


20.10.08

VICENTE GALLEGO: IN MEMORIAM

El Museo Würth presenta una retrospectiva de la obra del artista logroñés, Vicente Gallego, recientemente fallecido.
Ironías de la vida. Vicente Gallego era un hombre humilde y sencillo, al que le gustaba trabajar en silencio sin esperar aplauso alguno y que no mostró en vida intenciones de protagonizar ninguna exposición. El día 17, en cambio, el Museo Würth inauguró la primera muestra dedicada en exclusiva a un artista riojano. Y escogió a Vicente, cuya retrospectiva de trabajos cosechó numerosos aplausos del nutrido grupo de amigos, artistas españoles y representantes de la vida social, cultural y política de La Rioja que acompañaron a la familia del autor en una jornada tan especial. Precisamente, el pintor, escultor y dibujante logroñés se hallaba inmerso en la selección de obras que destinaría a la exposición en el centro de arte de Agoncillo cuando le sobrevino la muerte a mediados del pasado mes de septiembre. Sin embargo, su mujer Elisa y su hija Elena quisieron seguir adelante con esta exposición que sintetiza décadas de creación artística. Óleos en los que Gallego dejaba patente su admiración por el cuerpo femenino se entremezclan con piezas de su última etapa en la que ahondó en la escultura y el dibujo. «Estaba muy orgulloso de estas piezas», relataba con cierta emoción su hija Elena. En ellas, predominan las resonancias clásicas características de uno de los fundadores de los dos grupos artísticos más importantes del panorama cultural de Logroño en el siglo XX: el Grupo Revellín y el Grupo 8. «Entre nosotros vivió un gran artista y, casualmente, cuando se nos ha ido es cuando va a recibir el mayor reconocimiento», reflexionó a continuación. Una vez más, las ironías de la vida asaltan en el camino. Y esta vez por partida doble. Entre las cerca de 35 piezas seleccionadas, Juan Ramírez, director general de Würth España, detalló que se encuentra 'El último capítulo', la pintura postrera de Vicente Gallego que, curiosamente, preludió su deceso. [...]
P. Hidalgo en www.larioja.com

UN POEMA A LA MUERTE

8.10.08

VICTIMAS

2008 grafito/papel 21,1 x 29,9 cm

HOMENAJE A OTEIZA

del 10 al 31 de octubre de 2008

MODELO

Eduardo Alvarado por Paul Ceulemans

JAPONISME

LA EXPIACION

Entrevista a Ricard Castells tras recibir el premio a la Mejor Obra en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona en1999 y editada en www.apiv.com, realizada en el programa "Héroes de Papel" de Radio Nacional de España en Barcelona, Radio 4, dirigido y presentado por Ruiz de Villalobos, quien, con el libro en las manos, comentaba:
"... yo no sé si llamarlo un álbum de cómic, un libro ilustrado, una obra de arte, digamos que portátil; porque realmente este "Lope de Aguirre" es una de estas obras que llegan muy de tarde en tarde a las manos de los buenos aficionados, no ya del cómic, la ilustración, la historieta... sino a lo que podría llamarse Arte con mayúsculas."
Pero, ¿quién es Ricard Castells? ¿Por qué tanto tiempo de silencio?
RICARD CASTELLS: Nací en el 55, en Barcelona, en el barrio de Gracia y comencé a publicar profesionalmente el año 73 en la revista 'Terror Gráfico' y seguí publicando, profesionalmente, durante todo aquel año y el 74. A partir de ahí se rompe mi relación " profesional' con el cómic. Los he seguido haciendo, pero... no podía vivir de ello. Debo tener en estos momentos más de un centenar de páginas sin publicar.
Ruiz de Villalobos: ¿Sin publicar?! ¡Cien páginas!
R.C: Tal vez más... Hay un álbum que se llama " Ecuador " que hice entre los años 80 y 84, hay un conjunto de historias breves realizadas entre el 84 y lo de "Lope..." y posteriormente alguna historia más, también breve; y después las 46 páginas de mi relación con la editorial japonesa Kodanska, más unas cuarenta páginas más...
R. de V: ¿Y para Kodanska qué hacías? ¿"Manga" por así decirlo, o no?
R.C: Llámalo como quieras...
R.de V: Lo digo porque "Lope..." no tiene nada que ver con el "manga" ¿no?
R.C: No, no, y el manga tampoco era manga, Era manga en cuanto a la lectura, que era de derecha a izquierda.
R. de V: Al parecer "Lope de Aguirre..." era para otra editorial, No?
R.C: Sí. Es una historia bastante larga y bastante kafkiana...
R.de V: Puedes resumirla un poco...
R.C: Si bueno... el proyecto nace de una obsesión personal de Ernesto Santolaya que encarga a Felipe Hernández Cava un, único libro sobre Lope de Aguirre y Felipe escribe un guión centrándose en los últimos días de Lope -que es justamente este- y “LOPE DE AGUIRRE LA EXPIACIÓN” Ricard Castells/Felipe H. Cava. El editor vasco no queda nada satisfecho ya que muchas anécdotas quedan fuera de la historia; le encarga entonces una trilogía... La trilogía iba a dibujarla Enrique Breccia, hijo de Alberto. Bueno, realiza el primero... el segundo no llega... nos encontramos ya en el noventa, cerca del 92 y es cuando lo del 51 centenario. Entonces hay otro editor...
R.de V: Efectivamente, que publica toda una serie dedicada al centenario y, en dicha serie, hay un libro sobre "Lope de Aguirre"...
R.C: ...dibujado justo por el padre de Enrique, con lo cual las relaciones entre el editor vasco y los argentinos se deterioran aun más... Estamos ya con Ricard, comentando, a la luz de la entrevista radiofónica, lo tortuoso que ha sido el camino que ha seguido esta obra hasta ver, por fin, la luz. Parecería, además, que dada la calidad del trabajo final, los editores se lo disputarían para publicarlo, pero evidentemente, no fue así.
La i: ¿Cuándo recibes el encargo de dibujar "Lope..."?
R.C: En marzo del 92. En aquel momento pido al editor un año y medio para hacerlo. Al recibir el contrato, varias semanas más tarde, ese año y medio se ha convertido en un año, pero el contrato va acompañado de una carta en la que el editor dice concederme más tiempo, si ello fuera necesario: "el resultado por encima de todo" dice textualmente.
La i: De momento, no se vislumbra aún porque este editor no acabó publicando el libro...
R.C: En mayo del 93, con el trabajo prácticamente acabado -siempre me reservo el derecho a modificar las cosas- el editor, que vive en Vitoria y no ha visto todavía ninguna de las páginas (quien sí las conoce es su director artístico), se enfurece al ver los resultados de mi trabajo e "insinúa" modificaciones. Me niego a cambiar nada e intento retirarme del proyecto, de acuerdo con el guionista. Finalmente, las cosas se calman y el editor parece aceptar el trabajo tal como es. Cuando me dispongo en septiembre a viajar a Vitoria con el trabajo terminado, incluida la rotulación, recibo una carta del editor rescindiendo el. contrato con la excusa de haber tardado más tiempo del legalmente previsto, añadiendo, además, que están "perplejos por la forma en que te has conducido".
La i: Un año y medio de trabajo, y así de golpe! ¿Conseguiste algún tipo de indemnización?
R.C: No, no, ninguna. Y, además, devolvimos el dinero que nos había dado como anticipo, porque en la carta habla un punto en el que decía que con aquella cantidad adquiría los derechos sobre la obra de por vida, y queríamos, tanto Felipe como yo, librarnos de cualquier obligación con él.
La i: (Dejamos para otra sección el analizar la fuerza legal que pueda tener una condición de ese tipo plasmada en una carta) Debió ser muy duro, porque tu estabas muy metido en el proyecto, te habías documentado...
R.C: Sí, claro. Ya conocía, y me gustaba, la obra de Herzog, pero además fui en busca de otros textos. Me gustó mucho "La aventura equinoccial de Lope de Aguirre", de Sender. Leí también una crónica del viaje, hecha por uno de los personajes reales "Jornada de Omagua y Dorado" y, por supuesto, busqué documentación sobre Barquisimeto, el paraje de Venezuela donde transcurre la acción y.. aquí tuve la primera sorpresa: : Barquisimeto es prácticamente un desierto, no había vegetación. Toda la idea de selva, todas las sensaciones...
La i: Ya. Pero parece que, por fin, alguien da a conocer tu obra a Paco Camarasa, no?
R.C: Sí, Jesús Moreno le mandó una carta elogiando la obra junto con unas diapositivas y...
La i: ...y según sus palabras quedó enamorado. Tanto, que no sólo ha publicado tu obra, sino que además se deshace en elogios sobre ella. Porque tú siempre has buscado un lenguaje especial para cada una de tus obras, que se adecuara perfectamente a la narración, pero es que en "Lope..." hay, además, una ruptura...
R.C: Bueno, hay hechos que no están a la vista, que no tienen que ver con el relato, con la puesta en escena, pero sí con la manera como se han ido construyendo las viñetas: el primero es la visión de un cuadro de Leonardo da Vinci "La adoración de los Reyes Magos". Aunque el cuadro está teóricamente inacabado, está, paradójicamente, acabado. Si bien hay zonas terminadas y otras no, unas y otras conservan un equilibrio, una armonía... Los mismos dibujos aún no pintados, están a la vez en diferentes fases; los hay sombreados y otros apenas esbozados; gracias a esto podemos ver cuál era el proceso de trabajo de Leonardo y cómo la armonía presidía toda la realización. Tras la visión del cuadro, mi concepto de la página se transforma completamente. Ya no acabo las viñetas; la página es un todo que avanza en equilibrio, voy construyendo poco a poco hasta tener el convencimiento de que cualquier añadido en línea o color- no aporta nada, no tiene sentido, y doy entonces la página por finalizada.
La i: Y el otro...
R.C: El otro fue la contemplación de una exposición en el Museo Etnológico de Barcelona, sobre el proceso de estampación de un grabado de Hiroshige, «LLUVIA BLANCA EN SHONO". El grabado muestra un grupo de aldeanos que ascienden por una ladera; al fondo algunas casas y en último término, en sucesivos degradados de color, siluetas de árboles. Pero lo mas interesante era la inclusión de todas las planchas de madera que intervenían en el proceso y, junto a ellas, todas y cada una de las hojas de papel con las impregnaciones de cada nuevo color. De este modo, a la plancha inicial con la composición de la escena, se le sumaba una segunda plancha con el color azul de los aldeanos, y otra más con un verde tenue sobre los árboles, y así hasta veinte planchas más. Viendo el trabajo acabado, sin conocer el proceso, es difícil adivinar que éste sea tan complejo. Parece que hayan intervenido muy pocos colores. Está entonado en sepia, con leves toques de azul, ocre, verde... Hirosige fue valorando los distintos elementos, creando poco a poco profundidades, enriqueciendo el conjunto... hasta llegar al resultado final.
La i: Sin embargo, en "Lope..." hay como una desnudez...
R.C: Sí. Aquí juega un papel importante, entre otras cosas, mi admiración por el escenógrafo catalán, ya desaparecido, Fabià Puigserver y su aportación al teatro: la sencillez. Ningún elemento superfluo, decorativo. Cuando colocaba una silla, era porque tenía que estar, en algún momento tendría una función. He tratado de aplicar esta enseñanza a "Lope…", de ahí la desnudez que decís. Bresson en cine, y no sólo escenográficamente sino también en la narración es otra cita obligada.
La i: Bien. Por fin tu trabajo se publica y, además, recibe el premio a la mejor obra del Saló. Has vencido las dificultades de la industria y te Instalas ya en la normalidad. ¿Cómo lo vives?
R.C: Perdonad, pero la normalidad para un autor de cómic, es la situación anterior, la lucha por publicar, y todo esto. Pero si os referís a como lo recibo, pues bien, por supuesto, y muy feliz: feliz por el premio y feliz por que existen editores independientes capaces de editar obras, al parecer, inclasificables. Pero es que la "normalidad" es relativa. Tanto Felipe Hernández Cava -guionista y premio, además, al mejor guión- como yo, estamos muy sorprendidos ante el hecho de que la práctica totalidad de la prensa escrita barcelonesa ha ignorado y casi silenciado nuestro trabajo. Con excepción de la entrevista que habéis escuchado de Ruiz de Villalobos, a quien estamos muy agradecidos nadie ha hablado de este álbum, y no sólo durante los días del Salón, sino incluso después del premio; tal vez porque esperaban, o deseaban, que hubieran sido otros los ganadores y otros los libros.

5.10.08

EL BUSTO...

Por J.S. en el Diario La Rioja el 5 de octubre de 2008
Una treintena de creadores, reunidos por Roberto Pajares 'El Pájaro, convierte Lomos de Orios en un parque de arte con la exposición 'El busto es mío'

[...] son artistas. No tienen que reivindicarse a sí mismos, ni tienen que estar explicando continuamente el significado de su obra. No tienen que pedir dinero a papá y a mamá, ni tienen que suplicar que les incluyan en una muestra colectiva en el ayuntamiento de turno... Son artistas; ellos lo saben y eso les basta. Nadie mejor que ellos para hacer cosas por amor al arte, literalmente. Cosas como 'El busto es mío', un parque de arte en la ermita de Lomos de Orios y su entorno, en plena Sierra Cebollera, en La Rioja. En La Rioja y en la sierra. Cero al cuadrado. Es decir, muy poco público potencial en kilómetros a la redonda, si descontamos las vacas y los pájaros. Sólo algunos excursionistas de reacción imprevisible. Escasas o ninguna posibilidad de éxito. Repercusión casi nula. Pero a ellos eso parece no importarles. Arte por el arte. En los tiempos que corren. No son artistas, son marcianos. Una treintena de ellos, llegados en realidad de media España, ha reunido sus obras en tan singular muestra colectiva. Una difícilmente clasificable mezcla de pintura, escultura e instalaciones diversas, de estilos más diversos todavía. Una ermita casi legendaria en esta región, tradicionalmente ligada a la trashumancia, convertida en galería de arte contemporáneo...Pero no de la noche a la mañana; en Lomos de Orios lleva veinte años de santero y escultor el marciano jefe, Roberto Pajares 'El Pájaro' (Tafalla, 1954). Artista y ermitaño. Quién mejor que él para entender el arte por el arte. Lleva todo ese tiempo esculpiendo el viento y sin hacer caja. Él inventó el Parque de Esculturas 'Lomas de Oro' en el 2000, primera experiencia de land art en La Rioja, algunas de cuyas obras todavía se mantienen en pie en mitad del bosque. Él inventó 'Espantapájaros' hace dos años, una invitación lúdica al arte para niños y mayores. Y él ha convocado ahora este 'El busto es mío', más personal e independiente, es decir sin presupuesto. Han respondido a su llamada artistas amigos con los que ha ido trabando amistad en intercambios como aquéllos, y otros nuevos. «Esto es una cariñada del 'Pájaro' -dice el riojano Carmelo Argáiz-. No podría ocurrir en otro sitio». Lo mismo opina el gaditano 'Sotte': «Esto es único». Este tipo de encuentros de artistas en la naturaleza son cada vez más frecuentes, pero según la madrileña Lucía Loren, «no como aquí». Ella ha estado también con Félix Reyes en 'Arte en la tierra', en Santa Lucía, y encuentra algo especial en estos dos promotores. ¿Son marcianos? ¿Son artistas? Quizás son sólo gente de la tierra, ajena a todo lo falso que rodea al arte. Seguro que Damien Hirst les envidia en la intimidad.

Roberto Pajares 'El Pájaro' Eduardo Alvarado Alberto Vidarte Bettina Geisselmann José Antonio Soto 'Sotte' Carmelo Argáiz Isabel Moreno Javier de Blas Jesús Ceballos Tito Inchaurralde Miguel Segura Daniel Tudelilla Lucía Loren Javier Triviño Juanma Valentín María Hernández Héctor Delgado Millá Iraída Cano Paco Sánchez José Antonio Martínez Porras 'El Chirri' Javier San Martín Rafael Fernández Carlos Santos Carlos Ramírez Ángela María Gutiérrez y Mikel
del 4 al 19 de octubre
Ermita de N.S. de Lomos de Orio
Villoslada de Cameros
(La Rioja)

2.10.08

IMAGE MACHINE

Barron Storey

RETRATADO


En el estudio de Paul Ceulemans en La Fuente de San Esteban en agosto de 2008

LA PELICULA

'Klimt' es una película sobre fantasmas, reflejos y falsas apariencias. Narrada de forma fragmentada y simbólica, el filme provoca una cierta sensación de extrañeza en el espectador, muy adecuada para hablar de los sueños simbolistas del pintor vienés. Rauol Ruiz toma los encuadres y los colores distorsionados de Gustav Klimt para narrarnos el último viaje del genio austriaco en un filme anticonvencional, hermoso, libre y divertido. Acercarse al arte de Gustav Klimt, o mejor a él mismo, sin caer en la retórica de la biografía, en la pesadez del ensayo, en la fangosa pastosidad sin alma de las palabras. Ésta parece haber sido la máxima de Raoul Ruiz para mostrarnos los tormentosos, sensuales e intensos laberintos del pintor austriaco; artista escandaloso de cierto pulso decadente y amado, por tanto, por la burguesía mortalmente aburrida de la Europa del cambio de siglo. Raoul Ruiz, tan amante de los elementos surrealistas, se decanta esta vez hacia el simbolismo (más sensual, más decadente, más francés), de forma que agua y espejo serán, en esta escena y durante todo el filme, símbolo y estética de la transformación, la introspección y el recuerdo. ¿Y cómo lograrlo? Empieza el filme en un sanatorio donde Klimt, sifilítico y en la cumbre de su gloria, agoniza perfectamente inmóvil sumergido en una bañera. Ante él hay un espejo, y en el espejo y el agua se reflejan rostros pasados y bailes de máscaras, puertas al otro mundo. Raoul Ruiz, tan amante de los elementos surrealistas, se decanta esta vez hacia el simbolismo (más sensual, más decadente, más francés), de forma que agua y espejo serán, en esta escena y durante todo el filme, símbolo y estética de la transformación, la introspección y el recuerdo; a la vez límite y portal donde sumergirnos en el último viaje de un genio hacia la muerte. De forma que Klimt, la película, es un viaje interior que el director capta y muestra a través de un universo, y de una estética, plagada de símbolos y ferozmente antirretórica. Como ya ocurrió en otras obras del director chileno (o francés, según se mire) como Ce jour-là (2003) o Généalogies d'un crime (1997), el filme está atravesado por una sutil ironía, que deriva en ocasiones hasta el slapstick o la pura comedia surrealista. Elementos cómicos o extravagantes se muestran junto a situaciones morbosas o delicadas sin que la trama chirríe, lo que convierten esta obra en un delicioso y extraño recorrido onírico por la Viena de 1900. Raoul Ruiz nos da algunas pistas para interpretar este viaje: Klimt lee a Dante en un salón, y cita, en diversas secuencias, algunos párrafos de La Divina Comedia. La película narra por tanto un viaje hacia la muerte a la manera del clásico florentino: el pintor recorre los escenarios de la época (los salones vieneses, su estudio, los burdeles de Viena o de París, las salas de exhibición, los palacios burgueses) de la mano de intrincados compromisos políticos y sentimentales, y con la ayuda de un misterioso funcionario de la embajada vienesa (un delicioso personaje, gris en apariencia, y quizá un trasunto aburguesado del que fue guía de Dante, el poeta Virgilio).

En este viaje onírico que emprende Klimt (interpretado por un John Malkovich excepcionalmente serio y contenido) juegan también un importante papel las mujeres que formaron parte de la vida del pintor: su madre y su hermana (que Ruiz retrata como sujetos extravagantes y alucinados), sus sucesivas amantes (entre las que destaca Emilie Flöge, confidente, amiga y compañera de juegos), las prostitutas de Viena y París e incluso sus hijas. A la manera de Dante, en este opresivo escenario burgués lleno de pasteles de crema (que Klimt odia y con los que Raoul Ruiz fantasea durante todo el filme), no faltará una Beatriz, encarnada en esta ocasión por la pérfida Lea. Se trata de un ideal femenino que el pintor persigue a lo largo de toda la película y que el director nos presenta como un fantasma y como una ficción: la primera vez que el pintor ve a Lea de Castro es en una proyección cinematográfica y en todos sus encuentros juegan un papel importante las sombras y los espejos, los reflejos y las apariencias. Lea, un personaje a la vez romántico y surrealista, al fin y al cabo es sólo una mujer que no existe, juega un ambiguo papel en el entramado de la película. Por un lado, Ruiz la contrapone a los aburridos intereses académicos y la convierte en la perfecta encarnación de una “musa”, por otro, Lea no deja de ser una invención, una mentira tan falsa como los oropeles de los que huye Klimt, sin conseguirlo. De esta distorsión onírica (enfatizada por la bellísima fotografía de Ricardo Aranovich) nacen algunas de las ideas más hermosas de la película: en una de las pocas escenas donde aparece el pintor trabajando, observamos a Klimt jugando a distorsionar mediante agua y espejos las figuras desnudas de sus modelos; en otra, nos encontramos al pintor persiguiendo la sombra furtiva de Leda, oculta detrás de una cortina iluminada, a la manera de una sombra chinesca; en otra, el protagonista se encuentra rodeado por una lluvia de papeles de oro, el mismo que emplea en sus cuadros, que el genio de Emilie Flöge ha hecho volar por los aires…El film ahonda aún más en esta fantasmagoría de símbolos, reflejos y falsas apariencias. Para empezar, la estructura es más circular que lineal, la relación entre escenas es más metafórica que temporal y el director se sirve de elementos recurrentes (una estatua, una palabra, una imagen) para ligar las diferentes secuencias entre sí, como si fueras claves que permitieran al pintor, y al espectador, ir desentrañando el laberinto de la trama. A la manera de Klimt, que también fue simbolista y, por tanto, amante de la subjetividad, Ruiz explora la vida del pintor y consigue una constelación de imágenes para cada situación. El arte académico y apoltronado de la Viena Imperial es una tertulia de café, con sus tertulianos discutiendo a voz de grito de banalidades artísticas, sus oropeles dorados, sus tartas de nata montada y sus prismáticos: un mundo de apariencias y espías que Klimt desmonta con una palabra, (flores) que hace estallar a añicos un espejo en el que acaban reflejándose todos los que se encuentran en el café (una imagen inquietante que se repite varias veces durante el filme y que podría simbolizar desde el final del mundo ordenado del siglo XIX hasta el rechazo del pintor por el arte convencional y aburrido de la Academia). El director se sirve de elementos recurrentes (una estatua, una palabra, una imagen) para ligar las diferentes secuencias entre sí, como si fueras claves que permitieran al pintor, y al espectador, ir desentrañando el laberinto de la trama. El espejo roto también es un símbolo de la fragmentación narrativa del filme de Ruiz. A medida que la acción avanza y se acerca la muerte del pintor, los escenarios, y los personajes, aún siendo los mismos, cambian sutilmente. Varían los encuadres y los colores se distorsionan. Ruiz parece haber hecho suya la paleta del pintor simbolista y emplea los colores vivos, los reflejos dorados y los ángulos complejos del pintor para recrear una sociedad fascinante y teatral, al borde del abismo ético y estético por culpa de las vanguardias, el psicoanálisis, el marxismo y el fantasma de una guerra que se presiente próxima.

Por Marta Torres en www.judexfanzine.net

STEPHEN & TIMOTHY


AUDITORIO MUNICIPAL VICTOR JARA DE ARGANDA DEL REY

KIMONO

2003 grafito/papel 21,1 x 29,9 cm

CLOSER TO THE MASTER

One of the best known and most influential artists in the history of art, Michelangelo was a prolific sculptor, painter, architect, and draftsman. This lovely book focuses on more than 250 of his drawings executed in chalk, charcoal, and pen and ink. Distinguished art historian Hugo Chapman examines this array of works and discusses how the act of drawing figured prominently in Michelangelo’s work.Chapman considers the artist’s training and his choice of various techniques in a close investigation of the central role of drawing in Michelangelo’s career. The author describes the artist’s frugal use of paper, explaining how he often recycled letters and drawings (working on both the front and back of the sheet) throughout his career. Organized chronologically, the book looks at Michelangelo’s early development in Florence and Rome, his accomplishments as papal artist for the Sistine Chapel ceiling with its myriad preparatory studies, and his drawings for the tomb of Julius II, the Medici tombs, the Laurentian library, and the Last Judgement. The fascinating history of the fate of Michelangelo’s drawings after his death is also explored in detail.

FUNERAL

DE LOS DIARIOS DE MARTA CARDENAS

Por pura casualidad -por culpa de la prisa- he cortado mis papeles a grandes tijeretazos. De pronto descubro que el resultado me encanta, y ya sé por qué: por una parte rompo la impositiva línea recta, y por otra obtengo bordes expresivos como pinceladas, que delatan el gesto de la mano que tajó.
Claro que otros lo han hecho antes; pero esto, como cada descubrimiento personal, me llena de euforia y de impaciencia por seguir: ¿a dónde iré a parar?

He dormido mal: ¡estaba tan excitada! los explosivos colores de lo que ayer pinté me habían llenado la cabeza.

Estaba yo pintando con ganas pero también con cierto fastidio: un pastel me sale así asá, otro cursilísimo, y otra versión de lo mismo diríamos que empalagosa. Por fin vengo ante unos bambús fantásticos que me chalan, y me meto con tonos rojos y nacarados: ¡el colmo del horror!
Hasta que luego, al superponer unos con otros, -pero ¿que‚ se produce en estos casos? ¿por qué? -inesperadamente, el milagro.
Es muy extraño, literalmente como si yo fuese otra persona: ¿cuándo se me iba a haber ocurrido combinar esto con esto? y de repente resulta que funciona y hasta parece que habla...

Marta Cárdenas

DOS

Edmond Baudoin