15.4.10

AL RIO (KARL MARX)

"Vi la soledad humana como una ola gigantesca congelada frente a mí, detenida por el muro invisible de una metáfora."
C.C.
En la asignatura de pintura del último curso de carrera -corría el año 1995- era obligatorio presentar un trabajo sobre dos artistas contemporáneos. Yo, como siempre, reticente a este tipo de obligaciones, acabé siendo de los últimos en presentarme en el despacho del catedrático y tuve que elegir entre lo pocos que quedaban. Mi trabajo fue un ejercicio de "corta y pega" dedicado a las obras de Anselm Kiefer y Barbara Kruger... ¡todo plagiado! del libro de Arte Contemporaneo de Klaus Honnef editado por Taschen. No recuerdo haber asistido más que a un par de exposiciones orales de trabajos de compañeros; una de ellas dedicada al gran pintor Per Kirkeby, que para mi fue todo un descubrimiento. De la mía me libré -encantado- por falta de tiempo. Aquel libro me descubrió además de los interesantes trabajos de los artistas de la Transvanguardia Internacional (Fetting, Oehlen, Clemente, Palladino, Schnabel, Basquiat... etc), el trabajo de un notabílisimo pintor de escasa presencia y mismo nombre que el filósofo alemán: Karl Marx. En el último capítulo, de nombre "solitarios o everything goes", dedicado a artistas de menor difusión, aparecía una imagen de una de sus obras titulada "mann mit schatten, selbstbildnis " (hombre con sombras, autorretrato) y tan solo dos pequeñas alusiones en el texto:

Marx no es en realidad un pintor "clásico", pero su trabajo cuenta con rasgos claramente tradicionales en el estilo y  la concepción pictórica. Su carácter erótico no tiene antecedentes en el arte contemporáneo. Aquello que irrita a algunos en la obra de Marx es la relación establecida entre una elevada cultura pictórica y una temática agresiva y obscena. El es un pintor obsesionado, igual que Bacon o Pearlstein, cuyo pensamiento estético gira exclusivamente en torno al viejo problema de Eros y Thanatos. Las provocadoras imágenes de George Bataille, que sólo descubre en la naturaleza aquel particular mecanismo que se "alimenta" del permanente morir y pasar, se reflejan en las dramáticas pinturas de Marx ¡La muerte es el precio de la vida! Teniendo en cuenta semejantes relaciones temáticas, sus cuadros parecen todavía más extraños que los de Bacon, testimonios de la soledad y la desesperación. [...] Boltanski comparte con Marx -quizá ni siquiera de forma consciente- una añoranza de la muerte... 

Mi primer impulso fue buscar más información sobre él y su trabajo. Nada, ni en las bibliotecas más grandes y especializadas. Pero esa pintura -con la temática del autorretrato desnudo arrojando una sombra sobre un espacio abatido- y esas palabras me cautivaron del tal manera que, durante más de un año, dibujé y pinté imaginando las que pudieran ser otras obras suyas. Un año más tarde internet comenzaba a implantarse, y Cristina haciendo un esfuerzo notabilísimo, contactó a una gran librería alemana y me sorprendió con una  estupenda monografía sobre su obra. Todo el trabajo que yo había desarrollado no se parecía demasiado a lo que allí encontré... ¡no obstante aquel era un magnífico pintor! Dos años más tarde, en un sitio en el que nunca lo habría esperado, tuve acceso a un anuario de artistas donde encontré la dirección de su domicilio personal. Dos años más después le escribí y le envié algunas fotos de mis trabajos (porque en aquel tiempo  todavía no había tenido la suerte de ver editado ningún catálogo monográfico sobre mi)... y él, para mi asombro ¡me respondió!